Conocimos la labor de Marta López Vilar con el libro (Tras)lúcidas, una antología de poesía escrita por mujeres en los últimos treinta años, mujeres que no habían tenido la visibilidad que su talento merecía y que la tradicional homogeneidad masculina en el panorama poético de nuestro país había relegado al silencio. Nos gustó la selección, nos gustó la idea y así, de forma natural, llegamos a los poemas propios de esta autora y nos quedamos con este.
Miro tu lentitud, la traza de luz que abandonas a tu paso como la savia derramada de los árboles. Eres el pequeño dios de la sed que atraviesa las hojas y la noche en su infinito reposo. Te observo sin heridas y miro mis manos: sombras de nieve que tocaron la muerte con tu mismo sigilo.
Marta López Vilar (1978) es poeta, traductora y profesora de universidad.
Ha publicado tres poemarios y la antología de mujeres poetas contemporáneas (Tras)lúcidas.
¿Por qué creamos arte con palabras?
¿Para curarnos? ¿Para trascendernos?
¿Para aliviar nuestra soledad? ¿Para vivir otras vidas?
Quizá todas las posibles respuestas a estas preguntas se puedan resumir en este poema.
El poema me llevará en el tiempo Cuando yo ya no sea la morada del tiempo Y pasaré sola Entre las manos de quien lee El poema alguien lo dirá A los sembrados Su paso se confundirá Con el rumor del mar con el pasar del viento El poema habitará El espacio más concreto y más atento En el aire claro en las tardes transparentes Sus sílabas redondas (Oh antiguas oh largas Eternas tardes lisas) Aunque yo muera el poema ha de encontrar Una playa donde romper sus olas Y entre cuatro paredes densas de honda y devorada soledad Alguien su propio ser se confundirá Con el poema en el tiempo
Los poemas de la portuguesa Sophia de Mello Breyner (1919-2004) están escritos como si no fuera a leerlos nadie nunca, con esa calma e intimidad que uno reserva para un diario o para las cartas de amor a amantes que ya no están. Son filosóficos y enigmáticos, maravillosamente musicales, y también sensuales y políticos. Buscan una verdad con la que reorganizar el caos de la vida, el caos propio e íntimo de cualquiera que busque trascendencia en el amor o en los recuerdos. Y también una verdad para la gente, como una forma de activismo político, porque "una verdad a medias es como habitar medio cuarto / ganar medio salario / tener sólo derecho / a la mitad de la vida."
Hace dos años, unos días antes de un viaje a Perú que me cambiaría la vida, comenzó un viaje interior que nos la cambió a Óscar a mí: nació un proyecto poético-musical creado exclusivamente por él. Ese proyecto consistía en tocar una improvisación y acompañarla al piano durante cada uno de los días que yo estuviera fuera, luchando con miedos internos y tratando de encontrar algo de sentido a la pobreza y la naturaleza humana en todos sus recovecos.
Cada uno de los treinta y tres días que estuve fuera, Óscar escribió para mí un poema y una pequeña pieza musical. La del día del poema publicado hoy aquí está inspirada en aquella que sonó a miles de kilómetros de distancia un día de verano de 2015.
He elegido de entre todos esos poemas este (que pertenece al día 28) porque resume en una pequeña estrofa de tres versos, la esencia de lo que es una relación de pareja: un privilegio. Apostamos por un tú y nos dejamos caer desde nuestro yo por el "precipicio de la propia desnudez" y es en el nosotros donde regresamos de vuelta del exilio y entendemos, con sencillez, el verdadero significado de la palabra privilegio.
Escribir sobre sí mismo es transformarse en palabras
es luchar contra la inconsistencia del lenguaje
para dejar una huella honesta que perdure
decir yo es convertirse en otra cosa, un pronombre
dos letras diminutas caminando por el precipicio
de su propia desnudez
decir tú es una apuesta, el vuelo de una carta
lanzada al aire mientras cruzo los dedos
deseando que aparezcas
decir nosotros
decir nosotros es darle la vuelta a las costuras del amor
y descubrir que del revés puede ser todavía más bonito
decir nosotros es como volver de un exilio
hacerse cargo de nuevo de una nacionalidad y de una lengua
de un hogar donde las palabras recobradas se vuelven hogueras
decir nosotros
es sencillamente
un privilegio.
Óscar es la mitad musical de este proyecto. Sus dedos están detrás de la música de piano que acompaña cada poema. Su pasión por la poesía no sólo viene de leerla: desde hace años también la escribe. Y aquí tenéis una muestra.