sábado, 26 de diciembre de 2015

TE QUIERO


Parece que estas son las fechas en las que uno quiere más. Pero no solo quiere más cosas, que espoleamos nuestro espíritu consumista sin darnos cuenta de otros sentimientos; sino que queremos más a los demás, a los otros. Y es una pena. Porque es tan bonito poder querer igual de intensamente cada día del año, que es como si desperdiciáramos nuestras fuerzas ahora derrochando un amor que parece ficticio. Con este poema incitamos a querer más, sí; a los demás, sí; pero siempre, por supuesto.


Tus manos son mi caricia 
mis acordes cotidianos 
te quiero porque tus manos 
trabajan por la justicia 

si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice y todo 
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos 

tus ojos son mi conjuro 
contra la mala jornada 
te quiero por tu mirada 
que mira y siembra futuro 

tu boca que es tuya y mía 
tu boca no se equivoca 
te quiero porque tu boca 
sabe gritar rebeldía 

si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice y todo 
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos 

y por tu rostro sincero 
y tu paso vagabundo 
y tu llanto por el mundo 
porque sos pueblo te quiero 

y porque amor no es aureola 
ni cándida moraleja 
y porque somos pareja 
que sabe que no está sola 

te quiero en mi paraíso 
es decir que en mi país 
la gente viva feliz 
aunque no tenga permiso 

si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice y todo 
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos.


Mario Benedetti, el autor que da nombre a la librería que nos acercó y que, desde siempre, nos ha enseñado, entre -sus- líneas, a querer más. A querer por encima de todo.

"Les amoureux", de Émile Friant (1863-1932)




sábado, 19 de diciembre de 2015

NO QUEDABA NADIE MÁS



Guardar silencio. Aceptar la realidad tal cual es. Bajar la cabeza. Callarse. No protestar. 
Si escogemos la opción fácil, los brazos cruzados y la comodidad del pensamiento dirigido, quizá no quede nadie para protestar cuando vengan a por nosotros. 
Contra el silencio y la indiferencia: habla, protesta, vota. 


Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio:
yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio:
yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté:
yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté:
yo no era judío.

Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí,
no quedaba nadie más
que pudiera protestar.


Martin Niemöller (1892-1984), pastor protestante, empezó apoyando a los nazis y terminó en Dachau por protestar contra la libertad de culto y expresión. En 1946, al recuperar su puesto en la iglesia, pronunció un sermón del que sale este poema, erróneamente atribuido a Bertolt Brecht.


Charlotte Salomon (1917-1943)
"Los nazis desfilan al son del Horst-Wessel"



sábado, 12 de diciembre de 2015

ALGA QUISIERA SER


Cuando el pasado agosto pensamos en un regalo de boda para nuestros amigos Marta y Paul, lo vimos clarísimo: poesía. Pero no sólo poesía. La música de Óscar no podía quedarse atrás; así que la combinación entre el piano de Óscar y los poemas de los grandes clásicos, recitados por Patricia, resultaron ser la opción perfecta.

Empezamos con Benedetti, Jaime Sabines y Pablo Neruda. Aquellos tres poemas fueron el regalo. Pero pensamos que no queríamos abandonar un regalo así, que queríamos seguir regalándonos a nosotros mismos el tiempo de pensar en un poema, pensar en la música para ese poema, recitarlo y grabarlo juntos. Un regalo para los dos. Pero también un regalo para que otras personas disfrutaran de la música de Óscar y de nuestra opción literaria, además de los cuadros que el formato del blog nos permitía.

Lo de los sábados es un guiño. Un guiño al día de descanso, a la festividad, a la posibilidad de disfrutar del arte, la música y la poesía con un puñado más de tiempo con el que deleitarnos y deleitaros.

Empezamos con Ángel González. Y la explicación de la elección la añadimos al final del poema.



ALGA QUISIERA SER

Alga quisiera ser, alga enredada,
en lo más suave de tu pantorrilla.
Soplo de brisa contra tu mejilla.
Arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua salada
cuando corres desnuda hacia la orilla.
Sol recortando en sombra tu sencilla
silueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,
en torno a ti: paisaje, luz, ambiente,
gaviota, cielo, nave, vela, viento…

Caracola que acercas a tu oído,
para poder reunir, tímidamente,
con el rumor del mar, mi sentimiento.


Ángel González. Sencillo, tímido, transparente. Escritor de una poesía humilde para leer en voz baja, para llevar escondida en los bolsillos y regalar sin pensar, como una sonrisa, un beso o una dedicatoria que perdure. Y cuando habla de amor, se queda un poco al margen. Y nos gusta así, reflexivo y delicado, sin buscar volcanes ni pasiones desmedidas, convirtiéndose en el paisaje para intentar llenarlo todo, sin invadir nada. 



J.M.W. Turner (1775-1851)
"Amanecer en el castillo de Norham"