Guardar silencio. Aceptar la realidad tal cual es. Bajar la cabeza. Callarse. No protestar.
Si escogemos la opción fácil, los brazos cruzados y la comodidad del pensamiento dirigido, quizá no quede nadie para protestar cuando vengan a por nosotros.
Contra el silencio y la indiferencia: habla, protesta, vota.
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio:
yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio:
yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté:
yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté:
yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí,
no quedaba nadie más
que pudiera protestar.
Martin Niemöller (1892-1984), pastor protestante, empezó apoyando a los nazis y terminó en Dachau por protestar contra la libertad de culto y expresión. En 1946, al recuperar su puesto en la iglesia, pronunció un sermón del que sale este poema, erróneamente atribuido a Bertolt Brecht.
Charlotte Salomon (1917-1943) "Los nazis desfilan al son del Horst-Wessel" |
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