sábado, 18 de marzo de 2017

SU VOZ

No sabemos nada de este poema. El título, Her voice, alude a una voz femenina, una mujer a la que el poeta amó y de la que ahora se despide, sin nada por lo que lamentarse. Quizá fuera su mujer, Constance Lloyd, la madre de sus dos hijos, por la que sintió un amor sincero. Quizá con este poema le dijera que su pasión había tomado otros caminos. Y que ojalá el mundo fuera más comprensivo y lo suficientemente grande para que todas las formas de amar pudieran convivir sin anularse. Quizá.




Las abejas salvajes revolotean de rama en rama
con su abrigo de piel y alas transparentes
del pétalo del lirio al jacinto balanceándose a su alrededor,
más cerca estaba el amor,

fue aquí, creo, donde hice aquel voto,
juré que dos vidas deberían ser una 
mientras las gaviotas amaran el mar,
mientras los girasoles buscaran el sol,

será así entre tú y yo, dije, para siempre,
querida amiga,
aquellos tiempos pasaron y se fueron,
la red del amor se ha dado la vuelta,

mira hacia arriba,
donde los álamos bailan y bailan con el viento del verano,
aquí, en el valle, la brisa nunca dispersa las flores
pero allí los vientos fuertes soplan
desde el intenso susurro de las aguas misteriosas
y las olas que golpean las praderas,

mira hacia arriba, 
donde grita la gaviota blanca,
¿qué ve ella que no vemos nosotros?
¿es una estrella?
¿o la lámpara que brilla en algún buque perdido?

Ah, puede ser,
hemos vivido nuestras vidas en una tierra de sueños
y qué triste parece,
amor, no queda nada que decir salvo esto,
el amor nunca se pierde,
el filo del invierno desgarra el pecho de mayo
cuyas rosas rojas brotan en la escarcha,
los barcos de la tempestad encontrarán puerto en alguna bahía
igual que nosotros,

y no queda nada que hacer,
salvo besarnos una vez más y marcharnos,
no, no hay nada por lo que lamentarse,
yo tengo la belleza y tú el arte,
no, detenlo,
un único mundo no fue suficiente
para alguien como tú y como yo.

(Traducción de Elvira Sastre)




Oscar Wilde (1854-1900), quizá el escritor más agudo y deslumbrante de su generación, fue una celebridad. Sus obras de teatro se han convertido en clásicos vivos y sus ensayos sobre teoría del arte no han perdido nada de su sugestión y vigencia. Conocido por su ingenio mordaz, su vestir extravagante y su brillante conversación, se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo. Fue juzgado por indecencia al demostrarse en un juicio su homosexualidad, pasó dos años en la cárcel, donde escribió De Profundis, una de las cartas de amor más desgarradoras de la literatura universal y murió en París, en la indigencia, tras haber sido el mayor genio de las letras de su país.



sábado, 11 de marzo de 2017

GEOGRAFÍA HUMANA

Convertirse en palabras. Fundirse en poesía. Uno se siente de repente más ligero (o más profundo). Coge un adjetivo, lo enlaza con un sustantivo, sopla fuerte y de pronto se encuentra rodeado de volcanes, terremotos, fuegos y bosques. Las palabras nos llevan a mundos desconocidos y nos encontramos trazando mapas con ellas, mapas para orientarnos en esa geografía humana complicada que nos define sin que lo sepamos. Gloria Fuertes escribió en uno de sus libros: "Esto no es un libro, es una mujer". Y este poema es el perfecto ejemplo de ello. 




Mirad mi continente conteniendo 
brazos, piernas y tronco inmesurado, 
pequeños son mis pies, chicas mis manos, 
hondos mis ojos, bastante bien mis senos. 
Tengo un lago debajo de la frente, 
a veces se desborda y por las cuencas, 
donde se bañan las niñas de mis ojos, 
cuando el llanto me llega hasta las piernas 
y mis volcanes tiemblan en la danza. 

Por el norte limito con la duda, 
por el este limito con el otro, 
por el oeste Corazón Abierto 
y por el sur con tierra castellana. 

Dentro del continente hay contenido, 
los estados unidos de mi cuerpo, 
el estado de pena por la noche, 
el estado de risa por el alma 
—estado de soltera todo el día—. 

Al mediodía tengo terremotos 
si el viento de una carta no me llega, 
el fuego se enfurece y va y me arrasa 
las cosechas de trigo de mi pecho. 
El bosque de mis pelos mal peinados 
se eriza cuando el río de la sangre 
recorre el continente, 
y por no haber pecado me perdona. 

El mar que me rodea es muy variable, 
se llama Mar Mayor o Mar de Gente 
a veces me sacude los costados, 
a veces me acaricia suavemente; 
depende de las brisas o del tiempo, 
del ciclo o del ciclón, tal vez depende, 
el caso es que mi caso es ser la isla 
llamada a sumergirse o sumergerse 
en las aguas del océano humano 
conocido por vulgo vulgarmente. 

Acabo mi lección de geografía. 

Mirad mi contenido continente.






Este año celebramos el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes (1917-1998) con la publicación de varios libros sobre ella y su poesía editados con mucho amor. Y creo que eso es lo que define nuestra percepción de su poesía, veinte años después de su muerte: sentimos que con cada poema nos está queriendo ofrecer un abrazo, de tú a tú, y la queremos instintiva e incondicionalmente.