jueves, 12 de octubre de 2017

EL SUEÑO

Hemos sacado este poema de un libro que acaba de publicarse en español. Se trata de Clásicos para la vida, y su autor, Nuccio Ordine, habla de estos versos con asombro, pues mientras que la mayoría de poemas de amor de la época (y de todas las épocas, en realidad) se basan en la desesperación por la imposibilidad de alcanzar a la amada, en este la amada está cerca, al alcance de los dedos, ambos listos para dejar por un momento de soñar y entregarse a lo picante de la realidad. 


Amor, querido amor, sólo por ti
habría interrumpido este sueño feliz;
se trataba de un tema propio de la razón,
demasiado picante para la fantasía,
así que sabia fuiste al despertarme; pero
no truncaste mi sueño, pues lo continuaste;
resultas tan auténtica que pensar en ti basta
para hacer de los sueños verdades, e historia de las fábulas;
ven a estos brazos, ya que tú mejor creíste
que no soñara yo todo mi sueño, el resto hagámoslo. 




John Donne (1572-1631) es quizá, junto a Shakespeare, el poeta inglés más importante de su generación. Su obra es de carácter metafísico, ocupó diversos puestos políticos y religiosos a lo largo de su vida y sus poemas circularon en versiones manuscritas entre sus amigos y conocidos, pero no se publicaron en forma de libro hasta después de su muerte en la edición preparada por su hijo John en 1633. 

domingo, 1 de octubre de 2017

NOCTURNO

Así estamos hoy. Con banderas en lugar de manos abiertas. Con violencia en lugar de diálogo. Centenares de heridos en Cataluña por la incapacidad de los políticos de utilizar las palabras con inteligencia y amplitud de miras. De utilizar las palabras. 



Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven: son palabras. 

Balas. Balas. 

Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! 

Balas. Balas. 

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla. 

Balas. Balas. 

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.




Rafael Alberti (1902-1999), miembro de la Generación del 27, tuvo que huir de España para salvar la vida tras la derrota de la República. Cuando llegan las balas, las palabras no sirven de nada. A él no le sirvieron para quedarse en su país, pero con ellas armó una obra de resistencia y gran calidad poética desde el exilio en Sudamérica, obra que sería reconocida a su regreso a España tras la muerte de Franco. Aquella generación poética, quizá la más brillante desde el siglo XVII, saltó por los aires por el fanatismo de los que preferían las balas a las palabras. Ojalá nunca vuelva a suceder nada parecido.