sábado, 14 de mayo de 2016

A NO SER EN TUS MANOS

Hay caricias, miradas, gestos que duran apenas un segundo y que, a pesar de su brevedad (o quizá gracias a ella), se quedan flotando mucho tiempo en la memoria. Construyéndose. Multiplicándose. Este poema breve nos ha dejado así, con su fogonazo y su eco, y una sonrisa entre las manos abiertas que nos habla de paz. 


A NO SER EN TUS MANOS

A no ser en tus manos,
donde mejor me encuentro es en el mar,
allí empiezo a leer hojas a los peces
-en el bosque leo peces a las hojas-,
en las hojas del nogal he aprendido.
En los ojos de los hombres nada veo,
a veces les cuelga una lista de muertos
de las sucias pestañas.

Por eso retorno a tus manos,
que siempre me ofrecen un mendrugo de paz.






Gloria Fuertes (1917-1998) es una poeta irónica y sencilla, amante de lo breve y lo cotidiano, de los juegos de palabras y de los caminos que llevan directos a la emoción que quiere despertar. Es una maestra de la literatura infantil (a menudo su nombre es el primero que les viene a la cabeza a los niños cuando piensan en mujeres poetas) y dedicó buena parte de su vida a bajar la poesía de sus pedestales y sus elitistas metáforas para llevarla adonde la gente pudiera entenderla y tocarla, reírla y hacerla suya. Nosotros nos sentimos a gusto entre sus poemas. Son manos abiertas y hospitalarias. Como lo era ella. 



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