Llevamos dentro todas nuestras edades. Nuestra infancia cuando nos hacen cosquillas o al comer nuestro helado favorito, la adolescencia cuando nos enfadamos con los padres o nos juramos amistad eterna, juventud cuando salimos con amigos, madurez cuando somos felices con poco y superamos catástrofes con entereza, vejez cuando logramos distanciarnos de la inmediatez de las cosas y brilla en nuestras palabras un atisbo de sabiduría. Somos lo que hemos sido y parte de lo que algún día seremos. Y todo ello vive ahí, mezclado en nuestros gestos y en los poemas que compartimos. Como éste.
Varios segundos al día
por tus ojos cruza un niño
te ríes con la insolencia
de los diecisiete años
cuando te tumbas escucho
el crujir de tu esqueleto
esta tarea me impongo:
estar atenta a tus edades
para vivir lo que no me permite
la lógica ley del tiempo.
Ana Pérez Cañamares (1968) ha publicado seis poemarios, un libro de aforismos y otro de relatos. El título de su último libro (De regreso a nosotros), al que pertenece nuestro poema de hoy, proviene de una frase de Saint-Exupéry que define muy bien el contenido de los poemas: "Tal vez el amor sea el proceso por el cual yo te conduzca delicadamente de regreso a ti mismo".
Fabuloso!
ResponderEliminarMuchas gracias, Poetílica.
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