Hace tres días se cumplían 179 años del nacimiento de Rosalía De Castro. La editorial Reino de Cordelia lo celebraba publicando una novela sobre los últimos días de la poeta gallega, enferma en su casa de Padrón, desde la que veía el mar..., o creía verlo, quién sabe. El libro empieza con frases suspendidas en el aire, melancólicas y tímidas, que acaban en puntos suspensivos, como si lo que quisieran decir estuviera más allá de las palabras y su torpe significado.
Rosalía de Castro es Galicia, es la exaltación lánguida y melancólica de una poesía romántica para leer en voz baja, en días de lluvia, al calor de una chimenea. Y no sabríamos definir lo que tiene esta mujer que nos atrae hacia su tierra y sus versos de manera inevitable. Quizá sea el amor hacia las cosas sencillas, hacia la tierra húmeda y las palabras que se quedan dudando entre su significado y su contrario. O bien la pasión por un idioma que a través de ella brilló en la literatura como nunca antes lo había hecho. Lo cierto es que volvemos a ella como se vuelve a un destino que, de tan nuestro, se ha convertido un poco en nuestro hogar: una Galicia hecha verso.
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales,
vuelves haciéndome burla.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que sopla.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mí misma moras,
no me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.
Rosalía de Castro debe colocarse, junto con Santa Teresa de Jesús, en el podio fundamental de las letras femeninas (si es que acaso esa etiqueta es aplicable a la literatura) en español hasta antes del siglo XX. Nacida en 1837, su vida estuvo marcada por el hecho de haber nacido hija ilegítima de un sacerdote y una mujer de la nobleza compostelana. Ese detalle biográfico marcará para siempre toda su vida convirtiéndola en una mujer acomplejada. No obstante, eso no le restó fuerza en otros ámbitos de su vida. Fue una mujer luchadora, siempre interesada por la literatura, la música, el dibujo o la declamación y se conoce especialmente por haber sido una de las precursoras del Rexurdimento gallego, que dio de nuevo voz y valor a las letras gallegas y posicionó a la lengua en lo más alto del discurso cultural del siglo XIX gallego. Murió en 1885 dejando un legado cultural al que volver constantemente.
"Perfil de Clotilde" (1884), Joaquín Sorolla (1863-1923) |
Hermosos omóplatos poema. El elegido.
ResponderEliminarNo he escrito "hermosos omóplatos",eso lo ha hecho el teclado pseudointeligente. He escrito "hermosísimo poema"
EliminarHermosos omóplatos poema. El elegido.
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